Por qué Historias con Lupa

Si uno le pone una lupa a una tela aparentemente lisa descubre nudos impensados, hilos desparejos antes imperceptibles. Lo mismo pasa con la Historia. Cuando uno la mira con una lente inquisitiva, aparecen las vidas privadas, las mezquindades y los heroísmos y, en el fondo silencioso, los deseos, esos que explican de verdad las conductas. Esto queremos aquí: mostrar las historias con minúscula, los hilos imperfectos pero espléndidos que forman el tejido de la Historia con mayúscula.

Pero hay también otro modo. Una historia, esta vez de lo más íntimo, el cuerpo, escrita con imágenes. Para eso hay que ir a www.imagenesdelcuerpo.blogspot.com.

martes, 26 de abril de 2011

Por qué la historia de la vida privada

María Frascara. Ricardo, luego de algunos libros publicados eligió franquear  los enigmas del cuerpo, del morir y del sentir, los que envolvieron a nuestra sociedad entre 1610 y 1810. ¿Cuándo y por qué supo que ésta era una asignatura pendiente de la historia?
Ricardo Lesser. Los libros tienen sus propios designios y se nos imponen, quiéralo uno o no. Allá por el 2000, quise escribir una biografía del virrey Vértiz, sólo porque había sido humillado una y otra vez por el arrogante militar que fue Cevallos. El libro terminó siendo un sondeo de Los orígenes de la Argentina. Ahí aprendí que a la Argentina hay que rastrearla en 1776, cuando se funda el Reino del Río de la Plata, porque allí es donde nace la modernidad.
Cuando me paseaba por las calles del Buenos Aires colonial descubrí que había chicos. No los tomaban muy en serio, eran piezas de la estrategia familiar de sus padres. Pero terminarían siendo algo más: los héroes de una revolución a medias. Quise ver cómo eran. El resultado fue La infancia de los próceres.
Antes de que terminara los originales, caí en la cuenta que esos chicos habían sido criados con ciertas representaciones de lo que era el cuerpo. Amaban, morían, sentían de un cierto modo que les venía dado por sus padres. Comprendí que, si uno quiere entender de verdad qué pasó con esos héroes, hay que descifrar, si acaso eso es posible, de qué manera esos cuerpos estaban sujetos a una cultura dominante. De allí la trilogía Hacer el amor, Vivir la muerte y Celebrar los sentidos.