Por qué Historias con Lupa

Si uno le pone una lupa a una tela aparentemente lisa descubre nudos impensados, hilos desparejos antes imperceptibles. Lo mismo pasa con la Historia. Cuando uno la mira con una lente inquisitiva, aparecen las vidas privadas, las mezquindades y los heroísmos y, en el fondo silencioso, los deseos, esos que explican de verdad las conductas. Esto queremos aquí: mostrar las historias con minúscula, los hilos imperfectos pero espléndidos que forman el tejido de la Historia con mayúscula.

Pero hay también otro modo. Una historia, esta vez de lo más íntimo, el cuerpo, escrita con imágenes. Para eso hay que ir a www.imagenesdelcuerpo.blogspot.com.

miércoles, 2 de marzo de 2022

Los hijos de los próceres

¿Qué pasó con el mandato de los padres fundadores a sus propios hijos? 

Si uno quiere resolver qué hizo Angela Castelli o Pedro Castelli con el legado de su padre tropieza con un escollo. Antes, necesita comprender el sistema nervioso por el que se transmitió ese mandato. En las Provincias Unidas, la médula de ese sistema se llamó patriarcado.

En Ellas en la historia. Mujeres que hicieron el país (Planeta, 2018) se describe cómo funcionaba aquella sociedad armada como una red de relaciones de parentesco y compadrazgo que se anudaban en clanes.

Esa sociedad era cerradamente patriarcal. Las relaciones familiares eran directamente relaciones políticas de dominación masculina, que nacían en una cierta división sexual del trabajo

En el capítulo Madres maternales, usamos una lente de aproximación microsocial para examinar de cerca esa división. Nos metemos en un dormitorio en el que está ocurriendo un parto, un drama que muestra la expropiación del cuerpo de la mujer.

Sin patriarcado no podría haberse constituido el clan Belgrano, por ejemplo, en el que el pater familias Domenico Belgrano asignaba a sus hijas de manera de ampliar su capital económico y social a la vez que decidía a su arbitrio cuáles de sus hijos serían comerciantes o curas.

A ninguno de ellos se le habría ocurrido discutir esa estrategia de alfiles en el tablero de las clases en formación. Ni siquiera Manuel, que tomó aquel mandato y le dio otro rumbo. 

Es cierto que el huracán de Mayo intranquilizó el follaje de los árboles genealógicos. Pero el patriarcado volvería. En el año VI, los congresales de Tucumán lo dijeron claramente: “Fin de la Revolución, principio del orden”.

Lo cierto es que, si queremos saber qué pasó con los hijos de los próceres, habrá que aceptar una prevención: para seguir el mandato del padre es necesario recorrer los oscuros laberintos del patriarcado por los cuales se transmitió.