Francis Bon Head (1793/1875)
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Con el genio avinagrado, el primer baronet del Honorable Concejo de Su Majestad se fue a Mendoza. Allí descubrió, asombrado, que las damas mendocinas (quién sabe si no alguna de las que bordó la bandera del Ejército de los Andes) se bañaban en el río… desnudas.
Al menos así lo escribió en Las Pampas y los Andes. Notas de viaje (1825-1826):
"Difícilmente se dará crédito a que, mientras la Alameda mendocina está llena de gente, mujeres de todas las edades, sin ropas de ninguna clase o especie, se bañaban en gran número en el arroyo que literalmente limita al paseo. Shakespeare nos dice que “la más cautelosa doncella es bastante pródiga si descubre sus encantos a la luna", pero las damas de Mendoza, no contentas con esto, se los muestran al sol; y tardes y mañanas, realmente se bañan sin traje alguno en el río Mendoza, cuya agua rara vez llega arriba de las rodillas, hombres y mujeres juntos; y por cierto, de todas las escenas que he presenciado en mi vida, nunca vi otra tan indescriptible."
No sería para tanto.