El fundador de la historia oficial. Bartolomé Mitre pontificó que Domingo French, “apostando piquetes en las avenidas de la Plaza, los armó de tijeras y de cintas blancas y celestes, con orden de no dejar penetrar sino a los patriotas y de hacerles poner el distintivo”.
Félix Luna no estaba de acuerdo. Las cintas eran blancas, las más fáciles de conseguir. Y eran una señal de unión entre americanos y europeos.
De ninguna manera, eran encarnadas, un signo de guerra, afirmó el memorioso Juan Manuel Beruti.
Que blancas y celestes, que blancas, que encarnadas. Los historiadores son daltónicos.
Nos quedamos con esta carta de un tal Pazos que, el sábado 26, escribía: “La mañana del lunes, French, Beruti (oficial de las cajas) y un Arzac que no es nada (sic), fueron a la plaza como representantes del pueblo, y repartieron retratos de Fernando VII y unas cintas blancas que la tropa traía en el sombrero y otros atadas en los ojales de la casaca que decían significaba la unión de europeos y patricios, pero yo a ningún europeo la he visto, y ayer ya había una cinta roja encima que me dicen que significa guerra, y la blanca paz para que se escoja”.