Siempre tuve una fantasía atroz. Dentro de un tiempo, alguien inventará cómo registrar todas las veces tecleé “deshacer escritura” (ctrl+z) al escribir un texto en la computadora.
Sería como detectar los pentimenti de los pintores, las pinceladas vergonzosamente tapadas con otras pinceladas arrepentidas. Como el óleo siempre está fresco, se transparenta a lo largo de los años. Es lo que pasa a La ninfa sorprendida de Édouard Manet que está en el Bellas Artes. En un ángulo del cuadro se ve claramente un pentimento, una vacilación del artista.
En mi caso se vería cuántas veces escribí, una y otra vez, una primera frase. Cuántas veces la borré, la reescribí, la borré de nuevo. Y cuándo volví atrás, cuándo me copié a mí mismo. No faltaría quien leyera mis textos desde mis propias vacilaciones. Un horror.
(Hoy, 13 de junio, es el Día del Escritor).