Por qué Historias con Lupa

Si uno le pone una lupa a una tela aparentemente lisa descubre nudos impensados, hilos desparejos antes imperceptibles. Lo mismo pasa con la Historia. Cuando uno la mira con una lente inquisitiva, aparecen las vidas privadas, las mezquindades y los heroísmos y, en el fondo silencioso, los deseos, esos que explican de verdad las conductas. Esto queremos aquí: mostrar las historias con minúscula, los hilos imperfectos pero espléndidos que forman el tejido de la Historia con mayúscula.

Pero hay también otro modo. Una historia, esta vez de lo más íntimo, el cuerpo, escrita con imágenes. Para eso hay que ir a www.imagenesdelcuerpo.blogspot.com.

martes, 14 de junio de 2011

Adúlteros de 9 a 18

Cada vez somos más virtuales. Nuestros cuerpos son imágenes en Facebook; nuestras voces, mensajes de texto; nuestros movimientos, impulsos nerviosos en la PlayStation.
Ahora, de pronto, ese mismo mundo virtual propicia el encuentro de los cuerpos, de los cuerpos reales. Hay un sitio (The Ohhtel, se llama pícaramente) “exclusivo para hombres y mujeres que desean conservar su matrimonio pero necesitan encontrar intimidad sexual en otro lugar”.
Es un sitio para que los casados localicen una pareja que quiera tener una relación sexual pura, puramente sexual, sin compromisos. En el primer mes de vida, se incorporó un adúltero potencial cada 60 segundos, casi todos ellos entre las 9 y las 18, en horario laboral.
Es como si los cuerpos virtuales, hechos de la materia de los sueños, se transformaran en cuerpos de carne enamorada o, en todo caso, de carne excitada. Como si en este borde erótico se abriera una grieta, una cesura que pone en riesgo el control social de los cuerpos reales. ¿Esto es realmente así?

lunes, 13 de junio de 2011

Pesadilla

Siempre tuve una fantasía atroz. Dentro de un tiempo, alguien inventará cómo registrar todas las veces tecleé “deshacer escritura” (ctrl+z) al escribir un texto en la computadora.
Sería como detectar los pentimenti de los pintores, las pinceladas vergonzosamente tapadas con otras pinceladas arrepentidas. Como el óleo siempre está fresco, se transparenta a lo largo de los años. Es lo que pasa a La ninfa sorprendida de Édouard Manet que está en el Bellas Artes. En un ángulo del cuadro se ve claramente un pentimento, una vacilación del artista.
En mi caso se vería cuántas veces escribí, una y otra vez, una primera frase. Cuántas veces la borré, la reescribí, la borré de nuevo. Y cuándo volví atrás, cuándo me copié a mí mismo. No faltaría quien leyera mis textos desde mis propias vacilaciones. Un horror.
(Hoy, 13 de junio, es el Día del Escritor). 

jueves, 2 de junio de 2011

Realidad punto com

Se conocieron a través de una red social. Sabían poco el uno del otro, apenas el perfil seguramente engañoso que habían ingresado a sus cuentas. Ella sola, aburrida de 10 a 19 en una zapatería del barrio de Agronomía, pisando los 40. El domingo lo invitó por primera vez a la casa.
Antes de ayer encontraron el cuerpo descosido por ocho puñaladas, chamuscado torpemente con alcohol de quemar.
Cada vez más nuestros cuerpos son virtuales. Flotan en Facebook, Twitter, los correos electrónicos. Van y vienen blandos, fluidos porque fueron hechos para nadar en el ciberespacio. No para otra cosa. En cuanto algún internauta intenta cambiar los códigos de la virtualidad se encuentra con los cuerpos duros, a veces crueles, de la realidad.

lunes, 30 de mayo de 2011

El relato del relato

Daniel Santoro, "La infancia de los próceres"
(acrílico, 30x35)

Nunca le pregunté a Daniel Santoro el sentido de la tapa que hizo para La infancia de los próceres (Biblos, 2004). Simplemente le conté que me interesó escribir sobre el imaginario social de la época en que esos hombres notables fueron chicos porque fue contra esa formación que habrían de levantar la revolución. Y Santoro lo relató en imágenes.
Los próceres no están. Sólo están en las cabecitas de fósforo de esos escolares que caen como campanitas con los guardapolvos inflados de cielo. Pasan de largo el basamento de un monumento oficial vacío. Es porque en la historia oficial esos hombres de sueños y de huesos no tienen lugar.

jueves, 26 de mayo de 2011

El acá de la muerte

Sueño compasivo. Piedad V, Jan Fabre
Los artistas siguen tratando de representar lo irrepresentable. Acaso eso sea el arte: el intento obstinado de decir lo indecible.
Como fuere, en la próxima Bienal de Venecia el escultor Jan Fabre presentará una versión de La pietá. María tiene el rostro descarnado de la muerte. Y Cristo, que reproduce las facciones del propio artista, es un cuerpo en descomposición.
Los gusanos se anuncian. El más allá es el acá de los esqueletos. Fabre muestra carne corrompida donde no debería haber más que gloria.  

lunes, 23 de mayo de 2011

La muerte no tiene nombre

Una bolsa de plástico con calamares que se descomponen, una remera, unas medias viejas, unas zapatillas gastadas. Esto es “Autorretrato sobre mi muerte” de Carlos Herrera, un artista conceptual premiado en ArteBA.
Lo que quiso evocar, dice, es el “olor a la muerte” (los calamares que se pudren, si es que ése es el olor a la muerte). Lo que queda después de morir, lo puramente matérico, la carne animal que se corrompe.
No es así. La muerte es irrepresentable (ver Ricardo Lesser, Vivir la muerte, Longseller, 2007). Representar es hacer presente algo en la imaginación con palabras o imágenes que lo sustituyen. Lo que supone conocer ese algo que se quiere representar. Pero la muerte es incognoscible. Hay que morir para conocerla y entonces no se la puede conocer.
La muerte, en fin, no tiene nombre. Si pudiéramos nombrarla (nombrar es un modo del dominio) seríamos sus amos. Pero no lo somos.

martes, 3 de mayo de 2011

Marcadas


La marca à fuego sobre la piel no solo es la más antigua, sinó también la más frecuentemente usada. Esta preferencia es debida, à la par que á su gran duración, à la facilidad y prontitud con que se ejecuta.
De Nuevo tratado de cirujía general veterinaria, Juan Antonio Sainz y Rozas, 1867.
Las mujeres quemadas son mujeres marcadas por hombres que se creen propietarios.
De Descaradas, Ricardo Lesser, Caras y Caretas, abril 2011.