Éste es un fragmento del cuento Como un reloj, que trascurre en 1775, cuando Belgrano tenía cinco años:
Quién sabe en qué correrías andaba Manuel cuando sonaron las campanas de las dos. Doña Pepa no lo dejaba salir solo ni siquiera a la Plaza Mayor, que estaba apenas a tres cuadras. De modo que quizá estuviera potreando en el patio trasero o tal vez prendido a la falda de la morena Toribia, que de vez en cuando le permitía hundir el dedo en la tinaja de miel.