Por qué Historias con Lupa

Si uno le pone una lupa a una tela aparentemente lisa descubre nudos impensados, hilos desparejos antes imperceptibles. Lo mismo pasa con la Historia. Cuando uno la mira con una lente inquisitiva, aparecen las vidas privadas, las mezquindades y los heroísmos y, en el fondo silencioso, los deseos, esos que explican de verdad las conductas. Esto queremos aquí: mostrar las historias con minúscula, los hilos imperfectos pero espléndidos que forman el tejido de la Historia con mayúscula.

Pero hay también otro modo. Una historia, esta vez de lo más íntimo, el cuerpo, escrita con imágenes. Para eso hay que ir a www.imagenesdelcuerpo.blogspot.com.

viernes, 17 de mayo de 2013

Pelea de gatas

María Saturnina Bárbara Otálora, Jean Philippe Goulú, 
1828, Museo Histórico de Buenos Aires Cornelio Saavedra

Ay Moreno de mi corazón, no tengo vida sin vos, le escribía María Guadalupe Cuenca a Mariano, al que Saavedra había diputado al mar. Se fue mi alma y este cuerpo sin alma no puede vivir.
Guadalupe era los ojos y los oídos de Mariano Moreno en Buenos Aires. Le informaba detalladamente qué pasaba en la Revolución ya fatigada pese a que era tan joven.
Le decía: No se cansan tus enemigos de sembrar odio contra vos, ni la gata flaca de la Saturnina de hablar contra vos en los estrados y echarte la culpa de todo.
La gata flaca era María Saturnina Bárbara Otálora, la mujer de Saavedra. Era la misma a la que un capitán borracho le había ofrecido la corona de azúcar que adornaba una torta en su condición de esposa del “primer Rey y Emperador de América”. No sabemos qué hizo la Saturnina, pero sí Moreno, que descerrajó el conocido decreto de supresión de honores contra las ínfulas del presidente de la Junta que se creía virrey.
La cláusula 13ª parecía especialmente escrita contra Saturnina: Las esposas de los funcionarios públicos políticos y militares no disfrutarán los honores de armas ni demás prerrogativas de sus maridos: estas distinciones las concede el estado a los empleos, y no pueden comunicarse sino a los individuos que los ejercen.
No era extraño que la mujer de Saavedra anduviera por los estrados de las casas principales hablando entre dientes contra Moreno.
En verdad, nada de esto importaba ya. La carta en la que Guadalupe señalaba a la gata flaca estaba fechada el 25 de mayo de 1811. Mariano Moreno había sido echado al mar ochenta días antes.